DECLARACIONES PÚBLICAS
La Unión Masónica de Chile se reúne anualmente frente a un tema social chileno, estas son algunas de las ponencias y declaraciones surgidas de estos encuentros.
La Masonería frente a la tecnología y el desarrollo Humano
La sociedad está enfrascada en lograr un hombre Nuevo, acorde con el progreso científico y técnico, que piense, sienta y actúe en correspondencia con lo que demanda y exige de él. Esta labor depende fundamentalmente de sus principios y en específico de su responsabilidad, ante los valores como patrimonio de la humanidad. Sin duda que, como especie humana, desde nuestra aparición en el planeta, hemos estado permanentemente enfrentados al desarrollo tecnológico, hasta llegar a los altos niveles que hoy conocemos y al mismo tiempo, el ser humano ha sido capaz de incorporar nuevos avances a sus prácticas y formas de vida cotidiana, beneficiándose en sus progresos, pero a la vez, sufriendo en muchos casos de los efectos nefastos que personas inescrupulosas y falta de ética han infringido en sus semejantes, los que más bien serían atribuibles a nuestras propias debilidades y carencias morales, lo que en muchos casos nos ha llevado hacer un mal uso de las herramientas tecnológicas. Al parecer, hasta ahora la tecnología ha sido una aliada en la sobrevivencia de la especie humana, sin estar desprovista de estos males.
Desde un profundo análisis, consideramos que la tecnología cómo herramienta construida por la humanidad, es parte sustancial de la cultura, que ha contribuido de manera decidida al desarrollo de las sociedades. Que la tecnología con sus luces y sombras ha contribuido tanto para el bienestar del Ser Humano, como para su autodestrucción, dejando evidencia de ello a través de la historia de toda sociedad. Qué en consideración a lo señalado, celebramos el avance y desarrollo tecnológico, como herramienta necesaria de soporte y apoyo al bienestar de la humanidad en todas las áreas de su desarrollo, destacándose en materias tan sensibles como la salud, el medio ambiente, la producción, el transporte, las comunicaciones entre otros. No obstante ello, debemos promover el concepto de la TecnoEtica, en todos los espacios de supervisión que constituya como un principio rector de las investigaciones y las buenas prácticas, rechazando el uso tecnológico que se exprese como dominación y de generación de brechas de desigualdad en la humanidad, tendencia que ha sido de constante crecimiento en los últimos tiempos, evidenciándose con mayor impacto y de manera dramática, entre los países del norte y del sur del planeta, siendo los niños de estas nuevas generaciones, los llamados Nativos Digitales, que enfrentarán de lleno lo positivo como nuevos equipamientos y herramientas para el aprendizaje y negativo de este uso, sin un control medido de celulares y/o Smartphone. En la actualidad estudios en diversas partes del mundo, nos hablan del peligro sobre la alteración de la salud visual en infantes, asociada al trabajo cercano con objetos electrónicos, que incrementarían la miopía, estrabismo y síndrome visual informático asociados a estas tan tempranas edades. Considerando además del conflicto emocional propio de la dependencia.
QQ.HH. como Francmasones debemos continuar con mayor convicción, profundizando en la triada humanista de nuestros principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, con el fin de ir construyendo un mundo más justo, solidario y respetuoso de los derechos de los hombres y mujeres en la diversidad y del medio ambiente, situando la tecnología como una herramienta al servicio de la humanidad, que considere el bienestar de todos, otorgando oportunidades justas, dignas e igualitarias en su desarrollo sostenido y sustentable.
– Gran Logia Mixta de Chile
– Gran Logia Femenina de Chile
– Gran Oriente de Chile
– Gran Oriente Latinoamericano
Relatora Gabriela Silva Morales (GLMdeCH) Oriente de Santiago de Chile, Diciembre 22 de 2019.
La migración en Chile
Frente a la situación mundial y, particularmente nacional, UMAC ha reflexionado que, como Masonería que está adscrita a los valores de LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD, no puede quedar indiferente a un tema tan REAL en este momento y que involucra de una manera tan adversa a los miles de inmigrantes que han llegado a nuestro país. Para el migrante abandonar su país de origen es una tragedia frente a la cual la Masonería debe empatizar poniendo en juego los valores que la hacen ser lo que es, una Institución FRATERNA.
Nadie duda de que el fenómeno de la inmigración requiere un esfuerzo importante de carácter estatal, creando un servicio de migración, asegurando la efectividad en la protección de derechos, prevención de los delitos asociados a la migración (la trata de personas, la usura, la estafa).Pero también es importante desde el punto de vista masónico actuar, proponiendo ideas que signifiquen una mejora en la vida de estas personas, es decir, poniendo énfasis en los principios sobre los que se fundamenta la masonería.
LA LIBERTAD, en el respeto de la elección que han hecho los migrantes al escoger nuestro país como su nuevo horizonte; entendiendo que ellos serán un aporte al progreso, a la renovación y a la cultura de nuestro país.
LA IGUALDAD, entendiendo el carácter de DDHH que tienen como seres humanos.
Y finalmente LA FRATERNIDAD, y para ello cómo no recordar la historia de Joan Florvil, madre haitiana que fallece, luego de haber sido detenida y acusada injustamente de abandonar a su bebé, sin contar siquiera con un traductor que pudiera explicarle lo que sucedía.
Si bien es cierto que la Masonería comparte estos valores, no todos los masones los abordan de la misma manera, existen distintas sensibilidades, por lo cual es nuestro deber trabajar con los diferentes puntos de vista que enriquecerán las soluciones que podamos crear en la medida de nuestras posibilidades.
La labor de la Masonería está en su entorno y en su nivel de influencia, ejerciendo y promoviendo el respeto de las personas, en el trato amable, cordial, dispuesto a asistir a aquel que esta desvalido, vulnerable.
La inmigración debería llevarnos a mejorar en nuestro interior, a vigilar nuestra actitud hacia aquel que es diferente, en reconocer nuestros prejuicios y desde ahí proyectarnos hacia afuera.
Como reflexión final, si bien es cierto existe conciencia de que el fenómeno de la migración es un fenómeno urgente de tratar, existen cambios sociales y culturales que parten de actitudes individuales y que no requieren grandes cambios a nivel de legislación o de proyectos de ley, sino que nos exigen simplemente recurrir a nuestros valores masónicos para provocar el cambio.
SECRETARIO GENERAL
UNIÓN MASÓNICA DE CHILE
La Masonería del Mañana
La Masonería se define como una escuela filosófica que busca el conocimiento y el desarrollo humano. Día a día enfrenta desafíos cada vez más complejos y conflictivos en este mundo, donde el futuro se precipita sobre nosotros a una velocidad vertiginosa y sin control. Hoy, aún con los grandes descubrimientos y avances tecnológicos, la civilización parece paradójicamente encontrarse al borde de su propia extinción y en la perspectiva de reflexionar sobre el Mañana es necesario levantar la mirada y proyectarnos a lo menos en 20 años más. ¿Habrá Masonería en 20 años más? Por supuesto que SÍ, pero no de la forma en que la conocemos hoy; los escenarios donde se interactuará como humanidad serán muy distintos en calidad de vida a lo que estamos acostumbrados como personas y como cuerpos sociales. Sin embargo, nuestros principios se mantendrán incólumes tanto intelectual como moralmente pues el amor a la verdad siempre será nuestra senda inspiradora que promueva la paz y el entendimiento entre los pueblos, alejando los prejuicios y abrazando el compromiso por la Libertad e Igualdad en una eterna Fraternidad.
El Ideal de la masonería moderna es contribuir a forjar una Humanidad libre, justa, solidaria y en paz, en suma, más perfecta. La masonería inicia a hombres y mujeres para trasmitirles sus enseñanzas y valores éticos y morales de fraternidad, libertad, tolerancia, igualdad, justicia, paz y trabajo a través de su especial sistema simbólico y de pensamiento analógico de manera que cada cual se modele a si mismo y busque la verdad. Que en su desenvolvimiento en el mundo profano irradie estos ideales y valores y participe activamente en la creación del mundo mejor que todos soñamos.
El 2020 será recordado por todos como el año en que el mundo entero tuvo que replantear su forma de vivir. La pandemia generada por el coronavirus SARS-CoV-2 marcó un hito en nuestra historia y se mantendrá en la memoria de muchas generaciones por venir.
Con la crisis sanitaria llegaron importantes y bruscos cambios en las relaciones sociales, familiares y laborales, en la educación, salud y economía. Así mismo, hemos presenciado la transformación de las ciudades y de las nuevas formas de transporte. Al parecer, nuestra visión de la vida pasará del consumismo desatado a privilegiar una vida más saludable, más autosustentable y más en contacto con lo natural. Adquirirá mayor relevancia el cambio climático, los avances tecnológicos, la inteligencia artificial y la necesidad de lo espiritual.
QQdos.·. HHnos.·. y QQdas.·. HHnas.·. nos encontramos frente a una encrucijada de la historia de la humanidad, de Chile y la vida propia, que nos obliga a pensar como ciudadanos y masones respecto del “hacia dónde vamos”, lo que nos lleva ineludiblemente a tomar conciencia, reflexionar y determinar qué dejamos atrás, qué modificamos, qué renovamos y qué construimos.
Nos convoca hoy un tema difícil de abordar. Nuestro mundo está viviendo una vertiginosa época de cambios, en la cual cada sistema, teoría o herramienta instaurada, por más exitosa que parezca, está sujeta a una pronta caducidad. Nada dura y todo parece derribarse rápido luego de alcanzar su cénit. Y en este contexto no hay tradición que parezca merecer su preservación, ni conocimiento o verdad que puedan ser fijados en piedra, encontrándonos sujetos a la constante reinvención o redescubrimiento de nuevos sistemas o mecanismos que hacen caer a los anteriores. Tal es una particularidad de nuestra época y todo lleva a pensar que aquello se intensificará en el futuro, viviendo el mundo cambios incesantes, unos sobre otros, tan rápidos que ni los notaremos, trayendo aquello beneficios innegables y desgracias aparejadas, como ocurre con todo proceso de transformación.
La inmediatez, la hiperactividad y la necesidad de cambio, por ende, parecen ser los principios que mueven hoy a la sociedad, siendo la paciencia una cualidad cada vez más escasa, quizás porque se le considera improductiva. Y esta posibilidad de un rápido resultado puede observarse en ámbitos como el conocimiento, donde, con un simple click, puedo obtener aquello que en otras épocas me habría costado largas horas de búsqueda; o en la alimentación, donde no necesito esperar la temporada correspondiente para una determinada fruta o verdura, sino que puedo contar con ella prácticamente todo el año, entre otros múltiples ejemplos que podemos dar.
La comunicación digital nos presenta proyecciones insospechadas que deberemos tener en consideración con todas las personas en todas las edades, asociadas a su propia inteligencia emocional. Los cambios nos exigirán nuevas formas de pensar y trabajar, nuevas herramientas para desarrollarnos, entre ellas la alfabetización digital y el uso de la Informática. Esto producirá una nueva forma de vivir en este mundo globalizado donde la computación binaria está pasando a la cuántica. Se acelerará más y más la toma de decisiones, con la estrategia basada en el manejo de datos duros y precisos en lo profano y también en nuestras Respetables Logias.
La trilogía: flexibilidad, cambio y adaptación ha estado presente no solo en esta crisis sanitaria global sino desde siempre en las prácticas y el devenir de la Masonería, y en la evolución de todas las sociedades hasta este tiempo, lo que nos obliga a replantearnos la forma de practicar y vivenciar el Rito. Flexibilidad, cambio y adaptación seguirán siendo la guía que orienten el porvenir. Será necesario que se adapten los rituales y tomar nuevas medidas ceremoniales sin perder el misticismo.
La Masonería debe estar atenta a cómo estos cambios influyen hoy y por supuesto mañana en la evolución que el Ser Humano tiene para actuar en conciencia, donde la democracia se debe enmarcar en el desarrollo de la conciencia colectiva para construir espacios reales de participación que hagan posible a las personas comunes ejercer la libertad en una sociedad más respetuosa de los derechos y por cierto más responsables de sus deberes.
El “Homo tecnologico” en gestación y la digitalización seguirá siendo una oportunidad para mantenernos activos en la distancia y vigentes en nuestra sociedad. Es evidente que la docencia masónica puede verse largamente beneficiada con el uso de las herramientas virtuales, tanto en reuniones de cámara, como mediante la generación de un templo virtual, que nos permita mantenernos conectados con nuestra simbología de forma activa y remota. Además, la virtualidad nos permitirá la organización de la gran obra solidaria que la Orden ha realizado desde el inicio de esta crisis. Esto plantea la necesidad de generar y adaptar las instancias de interacción virtual que tenemos como organización, y por otro lado formar a los QQ.·.HH.·. que lo requieran en el uso de estas tecnologías.
La incertidumbre define lo por venir a nivel mundial incluida esta pequeña parcela llamada Chile, abundante de bellezas y también de sucesos naturales y sociales que se manifiestan periódicamente. Ahora es un tiempo culmine en conflictos sociales que se arrastran y requieren ser resueltos urgentemente. La ética masónica puede contribuir a orientar y encontrar las soluciones basadas en sus altos ideales.
No sabemos lo que nos espera, pero la lección que debemos aprender es estar preparados para trabajar en diversos escenarios, cautelando la sobrevivencia de nuestras instituciones, robusteciendo nuestros principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, así sea trabajando ritualmente en formidables Templos o en catacumbas pues la paralización e inactividad nos mata y el trabajo, la actividad, es vida.
De esa manera, con esa fuerza energética vital de la sangre joven de nuestros Aprendices y Compañeros enfrentaremos con valentía, dignidad y respeto lo que el futuro nos ofrece y si somos capaces de reapropiarnos de los fundamentos de nuestra historia, seremos capaces de superar las dificultades que estamos viviendo para tener otro mañana.
La Masonería debe abrir sus brazos para recibir el futuro y sus beneficios, sin miedo, estando alerta y activa, ante los desafíos y peligros que el porvenir le depare.
En síntesis, algunas ideas para la masonería del mañana:
– Reforzar e Irradiar la eterna luz de sus ideales, sus valores y sus enseñanzas muy fuertemente dentro y fuera de los templos
– Continuar ayudando y guiando la formación de hombres y mujeres buenos, ilustrados, buscadores de la verdad y preocupados de dar verdadero sentido y coherencia a nuestros principios y valores en todo momento y situación
– Reforzar el trabajo Solidario de los HH.·. y las Obediencias como una forma de masonería operativa
– Estimular a los masones y al mundo profano a mirar racionalmente y sentir sinceramente los estragos que hemos causado al ambiente y nuestro planeta y asumir sus consecuencias y mitigación
– Conocer y comprender en lo posible el desarrollo de las nuevas tecnologías y aplicarlas a nuestro trabajo cuando sea posible, sin alterar el sentido profundo del método masónico
– Trabajar porque los avances tecnológicos estén al real servicio de la humanidad y para mayor felicidad de todos; que no nos esclavicen, como el Aprendiz de Brujo de J.W.Goethe que se acusa diciendo “al genio cruel llamé y no sé ahora, liberarme de él”.
Como masones, y en el marco de la celebración de un año más de vida de la Asociación UMAC , nos permitimos imaginar nuestro futuro y los destinos de la Ordenes, con reflexiones netamente éticas – valóricas que intenten combinar la tradición con el progreso, sin trastocar lo primordial, la esencia de la Masonería.
QQdos.·. HHnos.·. y QQdas.·. HHnas.·., les invitamos a seguir trabajando y construir futuro.
S.·.F.·.U.·.
Este trabajo fue editado de las 4 ponencias originales, escritas por los mismos hermanos que hicieron este resumen. La edición se realizó en una sesión virtual donde participaron HHnas.·. y HH.·. de las cuatro Potencias fundadoras, los que, en perfecta armonía y fraternidad lograron resumir su contenido en esta edición.
PARTICIPARON EN LA PONENCIA Y EDICIÓN FINAL:
Gran Logia Femenina de Chile
Liliana Puls
Graciela Harris
Carola Muñoz (Secretaria Edición)
Gran Oriente Latinoamericano
Ingrid Stehr
Gran Oriente de Chile
Hugo Muñoz López
Juan Eduardo Galleguillos (Coordinador Edición)
Gran Logia Mixta de Chile
Gabriela Silva
Humberto Mejías
Gina Giusti
Pilar Rivera
Jaime Arias
Ponencia del GOLA por el Adulto Mayor
Desafíos que se nos presentan como sociedad en el Adulto Mayor
Aspectos Jurídicos en el Adulto Mayor
Cuando asumí la responsabilidad de un trazado que explicara la parte Jurídica de los Adultos mayores, no pensé nunca en la magnitud que esto involucraba, una cantidad de Leyes, decretos y organismos del estado y privados con una gama de responsabilidades, con una bibliografía nacional e internacional profusa y dedicada, todos pensados en como favorecer a los afectados, pobres débiles de mínimos ingresos y relegados por la sociedad, pero en ninguna parte encontré la opinión de algún adulto mayor a partir de los 65 años o de su jubilación, teniendo si conciencia que existe un gran porcentaje de edades entre los 65 y 99 años.
Para exponer este tema tan delicado y tangible me he valido del aporte de mis HH:. de la Región Austral (Chile) y de una lectura a un sinnúmero de Leyes, de opiniones de destacados especialistas, de políticos y de conspicuos análisis de la realidad de un antes y un después.
Las principales Leyes revisadas son la Nº 19.828 del 27/09/2002 que crea el Servicio Nacional del Adulto Mayor SENAMA que velara por la plena integración del Adulto Mayor, su protección ante el abandono e indigencia y el ejercicio de los derechos que la Constitución reconoce. La práctica ha demostrado la total inoperancia basta solo ver las noticias a diario. Con anterioridad en el año 1995 se crea la comisión Nacional para el Adulto
Mayor y el Comité Nacional para el Adulto Mayor, dependiente del Ministerio Secretaria General de la Presidencia, que comenzó a forjar cierta
institucionalidad a favor de la ancianidad, no obstante lo cual, aún no nos acercamos a un estatuto medianamente orgánico en la materia.
Más tarde en septiembre de 2002 se crea el SENAMA mencionado en el párrafo anterior.
En enero de 2004, fue creado el Comité de Ministros del Adulto Mayor, conformado por los ministros de área social, agrupando a una serie de organizaciones públicas y privadas comprometidas con el Adulto Mayor, actividad que ha venido en llamarse cobertura universal o cuando atiene a grupos especialmente carenciados como cobertura selectiva
Ley 19.996 del 03/09/ 2008 que establece un régimen de garantías en salud. Con prestaciones de carácter promocional, preventivo, curativo, de rehabilitación, siendo cubiertos por FONASA a sus respectivos beneficiarios, pudiera verse esto como una solución pero la realidad muestra otra cosa incluso de mayor gravedad para quienes no cuentan con previsión para acceder. La garantía de salud relativa a acceso, calidad, protección, y oportunidad es una falacia ya que llega cuando es tarde para el usuario.
Ley 20.255 del 17/03/2008 Establece reforma previsional. Como un sistema complementario del sistema de pensiones, el cual será otorgado a personas que no tengan derecho a pensión alguna. Esto es bajo una serie de requisitos, largos de mencionar-
Ley 21.013 del 06/06/ 2017 Ministerio de Justicia y DD:HH: Tipifica el delito de maltrato y aumenta la protección de personas mayores en situación especial. Genera penas especiales para aquellos que infrinjan maltrato a Adultos Mayores, quedando sujeta al criterio de un juez de causa, con sanciones tan conocidas e inoperantes como la prohibición de acercamiento a la víctima.
Debo recordar que las sociedades o culturas de la antigüedad en que los ancianos eran considerados portadores de la mas excelsa sabiduría y reserva de la memoria ancestral, al punto de poder afirmar que la vejez representaba el archivo histórico de la comunidad, retrospectivamente, es posible afirmar que las culturas primitivas constituyeron “el periodo de gloria” de los ancianos.
Ingresando al tema Jurídico, es sabido que un par de décadas atrás comenzó a surgir en el contexto internacional y comparado, la idea de la creación de un estatuto que otorgue un adecuado marco de protección a los adultos mayores. Europa occidental que suele servir de paradigma en estas y otras cuestiones de índole social, las políticas se centraron en los albores del siglo XX en la mera asistencia económica y sanitaria de los adultos mayores, en los años 80 en cambio comenzaron a desarrollarse directrices de mayor protección construidas en torno a políticas de vivienda, políticas de salud, con asistencia especializada y políticas asistenciales que se han ido afianzando progresivamente. No obstante el interés que en esta materia ha despertado en el ámbito jurídico es todavía incipiente, realidad que lamentablemente Chile no escapa.
La reforma previsional del año 2008 que sin duda beneficia a un importante número de adultos mayores y la denuncia mediática de escabrosos casos de maltrato contra ancianos, nos demuestra que existe una preocupación por mejorar y visualizar las condiciones de vida de este sector y el estado de abandono y precariedad en que se encuentran muchos ancianos. Pero por desgracia nuestro ordenamiento jurídica dista mucho de este tan ansiado Derecho de la Ancianidad, siendo pocas las normas legales que se refieren específicamente a los adultos mayores y, la gran mayoría de las veces, la protección que ellos otorgan no alcanza el grado de especificidad que se requiere para que sea eficaz.
El interés por el estudio de la vejez, contrasta enormemente con lo que habría sucedido al inicio de la humanidad. Tal es así, que en las sociedades
triviales la vejez no siempre fue un problema hace tres o cuatro millones de años el ser humano tenía muy pocas probabilidades de llegar a una edad avanzada, solo en el neolítico esta situación comienza a cambiar, de tal manera que el promedio máximo de vida eran los 40 años.
Constatar esto nos lleva a indagar los motivos por los cuales, en tiempos más modernos, hemos vuelto la mirada hacia este sector de la sociedad.
Responde a esto fundamentalmente el fenómeno del envejecimiento sostenido de la población mundial. Datos estadísticos señalan que la población mundial aumentara en 2.500 millones de habitantes en los futuros 32 años pasando de los actuales 6.800 millones a 9.200 millones en 2050. Entre 2018 y 2050 más de la mitad del aumento de la población mundial se deberá al incremento de la población de 60 o más años de edad.
Chile no está ajeno a este fenómeno, los cambios son decidores, se calcula que en el actual 2018 existen más de 50 adultos mayores por cada 100 menores de 15 años y que alrededor del 2025 estas cifras se igualaran siendo estos valores indicadores que el 16 % de la población estará constituida por adultos mayores.
Si bien es cierto que el Art 223 del código civil, consagra el deber de asistencia y socorro, señalando que al hijo se le confiere el derecho de obrar independientemente, queda siempre obligado a cuidar de sus padres en su ancianidad, en estado de demencia, y en todas las circunstancias de la vida en que necesitaren sus auxilios, al igual que en el art 222 del mismo cuerpo legal que se trata de un derecho-deber que se prolonga indefinidamente en el tiempo.
La ley 19.828 que crea el Servicio Nacional del Adulto Mayor, define a este como toda persona que ha cumplido 60 años, no distinguiendo si es hombre o mujer, lo cual si diferencia para los efectos de jubilación, estas determinaciones de diferencias de edad hace difícil fijar una edad por lo cual una persona pasa a ser un adulto mayor, ya que no es lo mismo edad biológica, y edad cronológica, estimando que la vejez involucra una serie de cambios a nivel mental, aspectos psicológicos, sociales, familiares, laborales etc.. La organización mundial de la salud OMS ha fijado el comienzo de la ancianidad en los 75 años.
La reflexión que se produce es que no existe armonía en nuestro ordenamiento jurídico, de tal manera que deberemos considerar que un Adulto mayor es una persona que ha cumplido 60 años tal como lo señala la Ley 19.828.
Existe una gama importante de puntos de preocupación legislativa necesaria de implementar como ser
– Vulneración de derechos
– Abandono familiar
– Violencia intrafamiliar Ley 21.013 6/6/2017 Insuficiente
– Declaración de interdicción
– Testamento Vital
– Creación del Ministerio del Adulto Mayor que no sea dependiente de otro Ministerio como ser el de Desarrollo Social.
GRAN ORIENTE LATINOAMERICANO
Trabajo realizado por el Q.·.H.·.Pedro Hormazábal Ciudad
Ponencia del GODCH por el Adulto Mayor
Como es de vuestro conocimiento, en los primeros tiempos de la historia de la humanidad, ser anciano era sinónimo de sabiduría, conocimiento y acercamiento a la naturaleza, los dioses y la historia del pueblo.
En las primeras épocas y etapas del desarrollo humano, la vida promedio llegaba a los 30 años, accidentes y enfermedades que hoy son considerados como leves, en esos tiempos eran sinónimo de muerte. En el mundo hebreo se dignificaba a los ancianos, asumiendo roles en la justicia, dirección y asesoría de sus comunidades. En Grecia, la visión espartana en donde la fuerza y la juventud eran el modelo a seguir, se mira con desdén a los más ancianos, en cambio en Atenas, los ancianos son reconocidos en su rol socio-político y de transmisores de la sabiduría ancestral. En el pensamiento oriental, con la influencia del confucionismo, hemos observado una perspectiva más colectivista, donde el valor de la familia y de las jerarquías de edad eran determinantes socio-culturales. Los ancianos eran totalmente respetados en el seno de las familias y se les veía como fuentes de sabiduría.
A las cultura Mediterránea y Latina, se les conoce por mostrar reverencia hacia sus mayores. Desde hace siglos que los abuelos ayudaban a cuidar a los niños, mientras que los que estaban aptos salían a trabajar para mantener a la familia. Así, los mayores seguían integrados. En los tiempos modernos y contemporáneos, se vuelve la mirada hacia las edades mas avanzadas en la vida del ser humano, el crecimiento sostenido de la población mundial, gracias a las migraciones campo-ciudad, Revolución Industrial con su acortamiento de las distancias, inventos y desarrollo de las primeras tecnologías e investigaciones científicas aplicadas a la vida y salud de las personas, todo el desarrollo científico de hoy, la profundización de la medicina tradicional y aplicación del conocimiento ancestral acumulado y redescubierto por la medicina complementaria, dan como resultado hoy, que la población se proyecte de los 7.000 millones que somos a los 9.200 millones para el año 2050, siendo las personas viejas un número importante de esta población global. La esperanza media de vida al nacer es hoy de aproximadamente 79 años para los hombres y de 83 años para las mujeres. En nuestras culturas occidentales modernas, hay todavía camino que recorrer para que los ancianos tengan el estatuto cultural que se merecen. A medida que viven más, los ancianos terminan sufriendo más limitaciones financieras o incapacidad de vivir de forma independiente. Muchos terminan sus vidas en asilos o residencias de ancianos. Este desprestigio del que sufren nuestros ancianos se ha traducido como «edaísmo» o «gerontofobía», que significa una discriminación contra personas por motivo de edad.
La gran pregunta de hoy es definir el concepto de ancianidad acorde a los tiempos de vida que nos rigen, considerando los elementos y factores que nos permitan entender la mal llamada edad de los “años dorados”. El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la «ancianidad» como el «último período de la vida ordinaria del hombre, y la «senectud», como el «período de la vida humana que sigue a la madurez». Por otra parte, se ha señalado que «anciano» viene de la lengua romance «anzi», que significa «antes». Así, la ancianidad denota un concepto que señala la relación del ser humano con el tiempo: la persona anciana es la que cuenta con un «antes». Desde la psicología evolutiva se ha definido la senectud como un proceso evolutivo y no como una edad terminal en la vida del ser humano. Al ser un proceso, la senectud se ve influida por una serie de factores, entre ellos su acervo cultural, lo que Ortega y Gasset denomina “Tiempo Generacional”. Según Eriksson, cada periodo evolutivo del ser humano posee contenidos positivos, riesgos, dinámica y negatividad propia, y que estos no limitarían al individuo en su edad y por lo tanto cada etapa evolutiva en la vida del hombre posee su propia vitalidad y fuerza.
El criterio definido por la OMS, Organismo Mundial de la Salud, considera a las personas de 60 o más años como adultos mayores para los países en vías de desarrollo y es la línea adoptada por el Gobierno chileno, es frecuente subdividirlo en dos segmentos, siendo el segundo umbral los 75 años, esto no implica desconocer que el envejecimiento demográfico afecta a toda la población, puesto que el envejecimiento de los individuos se desarrolla como ya se ha señalado a lo largo de toda la vida.
En las sociedades occidentales es común asociar el envejecimiento con la salida de la vida productiva por la vía de la jubilación, así se considera viejos a quienes alcanzan los 60-70 años de edad. Es dificil, caracterizar a una persona como vieja sobre la base de la edad como único criterio dado que los individuos se diferencian entre sí tanto socioeconómicamente, como demográfica y epidemiológicamente. De hecho cuando se consideran indicadores sociales y demográficos los diferenciales según sexo, educación, ingreso y otros factores suelen ser expresivos, es decir la vida que cada persona ha tenido que vivir.
Así, a la llamada «tercera edad», denominación que está asociada a las personas que han jubilado (que de júbilo o alegría no tiene nada) pero que pueden aún trabajar pues cuentan con una buena salud física y mental y que ha sido, incorporada en algunos textos constitucionales, procede ahora la «cuarta edad», constituida por los adultos de aproximadamente 80 años que, por razones de enfermedad o discapacidad, han pasado a ser «dependientes». La Ley 19.828, que crea el Servicio Nacional del Adulto Mayor, define a este como toda persona que ha cumplido los 60 años, sin distinción entre hombres y mujeres (a diferencia de lo que ocurre en materia de jubilación, en que las mujeres acceden a ella a los 60 años pero los hombres a los 65).
Como vemos, no queda clara la razón de la determinación de estas edades tan diversas, así como no es fácil fijar una edad a partir de la cual una persona pasa a ser «adulto mayor». Esto se debe, entre otras razones, a que no es lo mismo «edad biológica» y «edad cronológica». La vejez no constituye sólo un proceso biológico; muy por el contrario, involucra también una serie de cambios a nivel mental, social y de aspectos psicológicos.
En Chile desde las décadas del 50 y 60 se ha producido un constante descenso de la natalidad, como consecuencia entre otras, de la introducción de la pastilla y métodos anticonceptivos, ampliación y reconocimiento de los derechos de la mujer desde el punto de vista de la sexualidad, mejoramiento de las condiciones de higiene y calidad de vida en general, paralelo a esto también ha aumentado la esperanza de vida al nacer, y por ende el porcentaje de población anciana. Todo ello, llevó al país a transitar hacia el envejecimiento demográfico de su población.
Según información entregada por el Censo 2017 más del 16% de la población chilena es adulto mayor. La información entregada por el INE, evidencia que, por cada 100 menores de 15 años, hay 80,9 personas mayores (de 60 años y más) en promedio. Los datos aportados por El Instituto Nacional de Estadísticas (INE), revelan que, en Chile, los adultos mayores superan los 2 millones 800 mil personas, equivalente al 16,2% de los habitantes del país. Asimismo, la caracterización poblacional establece que el 55,7% de la población con 60 años o más corresponde a mujeres, mientras que el 44,3% a hombres. De estos datos se desprende que “el aumento significativo de las personas de 80 años y más, revela un escenario donde cada vez más personas requerirán de dispositivos cada vez más complejos, cuestión que está siendo abordada desde las medidas gubernamentales”. La información del Censo, ratifica la imperiosa necesidad de hacernos cargo como sociedad y Estado, de las directrices que emanan de la Convención Interamericana de Derechos de las Personas Mayores, profundizando las acciones tendientes a asegurar los derechos de esta población y adaptando el quehacer del aparato estatal en su conjunto para ir en esta dirección. Además, el estudio demuestra que el 16,5% de la población mayor corresponde a personas que superan los 80 años, por lo que será posible anticipar un escenario potencial de requerimientos de servicios más complejos, dada la mayor carga de enfermedad, discapacidad y dependencia que se presenta a esa edad.
Asimismo, datos de la Encuesta CASEN de 2006 nos dicen que los adultos mayores en Chile suman 2.200.000. El 56% de ellos son mujeres y más del 60% de estas superan los 76 años, frente a esta realidad en Chile, también se debe considerar que existen tan solo 104 geriatras en todo el país, es decir 1 por cada 20.000 personas ancianas. (EMOL febrero 2018)
El 16 de diciembre de 1991, Naciones Unidas promulgó los “Principios a favor de las personas de edad”. Dentro del área de los cuidados, el principio número 11 declara que “las personas de edad deberán tener acceso a servicios de atención de salud que les ayuden a mantener o recuperar un nivel óptimo de bienestar físico, mental y emocional, así como a prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad” (NU, 1991). Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), han sostenido reiteradamente que el envejecimiento poblacional requiere que las sociedades se adapten a este nuevo fenómeno (OPS, 2009), estableciendo un plan de acción de salud de las personas mayores para el período 2009- 2018 ; dentro de este plan de acción, se establece que los sistemas de salud deben adecuarse para afrontar los retos del envejecimiento de la población y las necesidades de salud de las personas mayores. En este contexto, desde la década de los 90, en Chile se han comenzado a diseñar políticas públicas y acciones en pos de la calidad de vida de este creciente grupo de personas. Estas acciones deben integrar de la mejor forma la atención, velar por la calidad de la misma, y constituir un pilar para un futuro Plan Integral de Atención en red a nivel nacional, con una perspectiva sociosanitaria. Lo anterior implica un decidido empuje con el intersector, en particular con el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA).
Todas las mejoras realizadas en la población chilena desde el punto de vista médico, baja en las enfermedades, mortalidad infantil, epidemias, etc. Junto con la baja natalidad, y mayor proyección de vida al nacer, ha generado un cambio en la pirámide poblacional, en que se proyecta la disminución de la población infantil
y adolescente, por lo que se estimaba que al 2015, el 15% de la población total será mayor de 60 años, y al 2020 alcanzará el 20,2% de la población total, lo que se traduce en un reto para nuestro sistema de salud. (CEPAL, 2011).
Las Naciones Unidas han expresado en sus principios hacia el adulto mayor que estas deben gozar de independencia,cuidados, autorrealización, y fundamentalmente dignidad. En Chile, se han priorizado tres estrategias fundamentadas, basadas en la evidencia en relación a la salud de las personas mayores en la Estrategia Nacional de Salud. Las cuales son:
– Sensibilización y promoción para incentivar el envejecimiento saludable y las buenas prácticas de cuidado de la persona mayor, a través del trabajo intersectorial.
– Mejoría de la calidad de atención de la población adulta mayor en Atención Primaria a través del aumento de la resolutividad en la atención
– Instalación de modelo de atención geriátrica integral en red al interior de hospitales de alta complejidad.
En consideración y tomando en cuenta diferentes encuestas, investigaciones y argumentos anteriormente expuestos, podemos establecer que existe en la tercera y cuarta edad una brecha educacional que estaría determinando los niveles de satisfacción en los que se encuentra actualmente, a mayor educación mayor satisfacción, en general los ancianos consideran que su calidad de vida se encuentra en un índice de 0,75, siendo la variación entre 0 y 1.(encuesta de la Caja de Compensación Los Andes.). De acuerdo con esta encuesta las enfermedades mas recurrentes son la hipertensión con un 33,8 %, luego
la diabetes con un 14,5%. Importante es mencionar que un 33% mantiene una vida sexual activa y al 65% de los encuestados les interesa la vida sexual.
Las enfermedades crónicas que se encuentran proporcionalmente mas ligadas al grupo de los adultos mayores son las cardiovasculares, cerebrovasculares, respiratorias, reumáticas, cáncer, osteoporosis, parkinson, demencias, diabetes, y depresión. (INTA, MINSAL). Entre las preocupaciones que mas inquietan a los ancianos están, la falta de compañía, su situación económica, dependencia de otros,enfermedades graves y sufrir accidentes. De acuerdo a información de la Fundación Sol, el ingreso promedio entre los ancianos es de $105.000 pesos y que el 87,5% de ellos recibe una pensión de $154.000 y el 94% de las mujeres recibirían la misma cifra como promedio, esto evidencia que se encuentran en condiciones de pobreza.
En los tiempos actuales el tránsito hacia la ancianidad involucra perdida de prestigio social, obsolescencia desde el punto de vista del consumo y dada la cultura y tecnología, descalificación laboral. La normativa vigente lo debilita, no lo protege a pesar de las estadísticas e investigaciones que muestran lo contrario.
En la vejez la persona no siempre posee y puede ejercer en plenitud y con dignidad los derechos que le son inherentes como persona humana en una nueva etapa de su vida, por el contrario se le considera un lastre, una carga para la familia y la sociedad entera.
La Masonería y en especial aquellos Hermanos que se encuentran con capacidad de influir en las decisiones en la sociedad, deben y tienen la obligación de motivar el cumplimiento de los objetivos planteados por los Planes de Acción Internacional sobre el envejecimiento. (Viena 1980-Madrid 2012) y que a continuación detallamos:
a) La plena realización de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de todas las personas de edad.
b) El envejecimiento en condiciones de seguridad, lo que entraña reafirmar el objetivo de la eliminación de la pobreza en la vejez sobre la base de los Principios de las Naciones Unidas en favor de las personas de edad.
c) La habilitación de las personas de edad para que participen plena y eficazmente en la vida económica, política y social de sus sociedades, incluso mediante trabajo remunerado o voluntario.
d) Las oportunidades de desarrollo, realización personal y bienestar del individuo en todo el curso de su vida, incluso a una edad avanzada, por ejemplo, mediante la posibilidad de acceso al aprendizaje durante toda la vida y la participación en la comunidad, al tiempo que se reconoce que las personas de edad no constituyen un grupo homogéneo.
e) La garantía de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas de edad, así como de sus derechos civiles y políticos, y la eliminación de todas las formas de violencia y discriminación contra las personas de edad.
f) El compromiso de reafirmar la igualdad de los sexos en las personas de edad, entre otras cosas, mediante la eliminación de la discriminación por motivos de sexo.
g) El reconocimiento de la importancia decisiva que tienen para el desarrollo social las familias y la interdependencia, la solidaridad y la reciprocidad entre las generaciones.
h) La atención de la salud, el apoyo y la protección social de las personas de edad, incluidos los cuidados de la salud preventivos y de rehabilitación.
i) La promoción de una asociación entre el gobierno, a todos sus niveles, la sociedad civil, el sector privado y las propias personas de edad en el proceso de transformar el Plan de Acción en medidas prácticas.
j) La utilización de las investigaciones y los conocimientos científicos y el aprovechamiento del potencial de la tecnología para considerar, entre otras cosas, las consecuencias individuales, sociales y sanitarias del envejecimiento, en particular en los países en desarrollo.
k) El reconocimiento de la situación de las personas de edad pertenecientes a poblaciones indígenas, sus circunstancias singulares y la necesidad de encontrar medios de que tengan una voz eficaz en las decisiones que les afectan directamente.
Los masones Debemos tener un trato igualitario con nuestros hermanos y profanos que tienen la experiencia de toda la vida dedicada al trabajo y por sobretodo a la familia. Todos han hecho un gran aporte al país, al crecimiento, al desarrollo de todos nosotros, con trabajo y esfuerzo. Lo que hacemos con este trazado, lo que hace la masonería con este trazado, es darle las gracias y invitarlos a que sigan siendo parte de nosotros.Todo ese ánimo, y compromiso que vemos en ustedes debemos aprovecharlo, debemos continuar nuestra tarea basados en la filantropía, debemos seguir haciendo crecer nuestros templos entablando nuevas disputas con la profanía, buscando nuevos respetos, demostrando las nuevas necesidades que tiene nuestra sociedad hoy y para el futuro. Porque nada menos que el trabajo, el respeto y trato con dignidad queridos hermanos, nos ayuda a conservar la alegría de vivir, nuestros hermanos de mayor edad no necesitan ser vistos como enfermos, nuestros hermanos mayores tienen muchas capacidades y quieren seguir siendo activos en nuestra sociedad. Debemos organizarnos, asociarnos conformar proyectos, decir que es lo que necesitamos y como lo necesitamos.
En los 80 entró en vigencia en Chile, un sistema de pensiones basado en la capitalización individual, administrado por privados y un débil rol regulador del estado. Hoy, a casi 40 años de ese entonces, la masonería debe revisar si el sistema instalado, cumplió la promesa con la cual se puso fin al régimen público de reparto.. La masonería debe exigirle al estado un rol importante en el sistema, que fracasó y que debe ser cambiado. La masonería debe decir que no queremos un país en el cual ser mayor sea sinónimo de vulnerabilidad o desprotección, y en donde la jubilación y la atencion médica, se transformen en una preocupación y problemas sin solución a nuestros compatriotas, En relación al sistema de Isapres, debemos denunciar y destacar que al cumplir los 65 años estas instituciones no sólo encarecen los costos de sus prestaciones, sino que además, obligan a las personas a salir del sistema privado y a afiliarse al deteriorado sistema público.
Por todo lo anterior, convocamos a toda la masonería aquí presente a ser proactivos y comenzar a preparar una propuesta que nazca desde el estudio profundo de nuestros problemas y se haga una propuesta contundente respecto a cuales son los cambios necesarios, escuchando la voz de todos los actores sociales, porque este debate no es solo nuestro, sino, de la sociedad en su totalidad, que clama por un trato y sistema más justo y digno para todas y todos.
Ponencia del Gran Oriente Masónico de Chile,
Trabajo de la Cam.·. de CC.·. de la R.·.Logia Mixta Isis Nº 27
Santiago, 10 de Noviembre, del 2018